El intento de asesinato de Andrew Jackson: un relato histórico
El complot para matar a un presidente
En un lúgubre día de enero de 1835, el presidente Andrew Jackson asistió al funeral de un congresista de Carolina del Sur. En medio de la sombría atmósfera, un loco llamado Richard Lawrence acechaba en las sombras, planeando asesinar al líder de la nación.
El ataque y sus consecuencias
Cuando Jackson salía del edificio del Capitolio, Lawrence lo abordó y disparó dos pistolas en rápida sucesión. Milagrosamente, ambos disparos fallaron, frustrando el intento de asesinato. El teniente de la Marina Thomas Gedney y el congresista de Tennessee Davy Crockett sometieron rápidamente a Lawrence, evitando más derramamiento de sangre.
La investigación: motivos políticos y locura
Después del ataque, las sospechas se dispararon. El propio Jackson creía que el complot tenía motivaciones políticas y culpó a su rival George Poindexter. Sin embargo, ninguna evidencia respaldó estas afirmaciones y Poindexter fue absuelto de irregularidades.
La inestabilidad mental de Lawrence se hizo evidente durante su juicio. Afirmó ser el rey inglés Ricardo III del siglo XV y creía que Jackson había retenido pagos que le correspondían por derecho. A pesar de los esfuerzos de la fiscalía, Lawrence fue declarado inocente por razón de locura y recluido en un hospital psiquiátrico hasta su muerte en 1861.
El panorama político hostil de Jackson
Aunque la locura de Lawrence jugó un papel en sus acciones, era innegable que Jackson se había hecho poderosos enemigos durante su presidencia. Sus discursos encendidos, vetos y oposición al Segundo Banco de los Estados Unidos habían alienado a muchos políticos.
La Guerra Bancaria: una importante fuente de antagonismo
La oposición de Jackson al Segundo Banco de los Estados Unidos (BUS) fue un factor significativo en su intento de asesinato. El BUS, una poderosa institución financiera, se había convertido en un símbolo de la élite adinerada que Jackson creía que amenazaba al hombre común.
En 1832, el Congreso aprobó un proyecto de ley para renovar el estatuto del BUS, que Jackson vetó. El veto desencadenó una batalla política conocida como la Guerra Bancaria, que aumentó aún más las tensiones entre Jackson y sus oponentes.
El triunfo de Jackson y el fin del Segundo Banco
A pesar de que el Senado lo censuró por excederse en su autoridad, Jackson salió victorioso de la Guerra Bancaria. El estatuto del BUS expiró en 1836 y los fondos federales fueron desviados a bancos estatales.
Deficiencias de seguridad y la lección aprendida
El intento de asesinato puso de relieve la falta de seguridad en torno a la Casa Blanca y el Capitolio. A los visitantes se les permitía la entrada sin ningún proceso de control, lo que dejaba al presidente vulnerable a los ataques.
Aunque pasarían otros 26 años antes de que otro presidente de los Estados Unidos fuera blanco de un asesinato, el intento de asesinato de Andrew Jackson sirvió como una llamada de atención. Condujo a mayores medidas de seguridad y a una mayor conciencia de los peligros que enfrentan quienes ocupan altos cargos.