Planta de la resurrección: Una planta de interior única y resistente
La planta de la resurrección, también conocida como Selaginella lepidophylla o Rosa de Jericó, es una fascinante planta de interior que tiene la notable capacidad de sobrevivir a una deshidratación extrema. Esta planta similar a un helecho puede soportar años sin agua, enroscándose en forma de bola y pareciendo muerta. Sin embargo, cuando se expone a la humedad, «resucita» y despliega sus verdes y musgosas hojas.
Características únicas y adaptación
Las plantas de resurrección son nativas de los desiertos de América del Norte y México. Han desarrollado una adaptación única llamada higroscopicidad, que les permite absorber y retener la humedad del aire. Esta adaptación les permite sobrevivir en ambientes áridos donde otras plantas no pueden.
Cuidados y mantenimiento
Las plantas de resurrección son relativamente fáciles de cuidar, pero tienen unos requisitos específicos de agua.
Luz: Las plantas de resurrección prefieren la luz brillante e indirecta. Evite exponerlas a la luz solar directa, que puede quemar sus hojas.
Agua: Para rehidratar una planta de resurrección, colóquela en un recipiente lleno de guijarros y agua. El agua debe cubrir solo los guijarros, asegurándose de que la base de la planta no esté sumergida. Riegue con agua no clorada, como agua destilada o de lluvia. Las plantas de resurrección pueden sobrevivir en el agua hasta por unos días, pero es importante darles periodos de descanso. Déjelas secar completamente cada dos semanas.
Temperatura y humedad: Las plantas de resurrección son sensibles a temperaturas extremas. Manténgalas a una temperatura entre 18 y 29 grados centígrados. No toleran temperaturas frías por debajo de los 18 grados centígrados. Aunque prefieren ambientes húmedos, puede aumentar los niveles de humedad rociando la planta ocasionalmente.
Fertilizante: Las plantas de resurrección requieren una fertilización mínima. Aliméntelas dos veces al año con un fertilizante para plantas de interior soluble en agua altamente diluido.
Poda y propagación
Las plantas de resurrección no necesitan poda regular. Sin embargo, puede recortar las hojas muertas o dañadas para mantener la planta ordenada.
La propagación se realiza mejor por división. Tome esquejes de la planta en primavera o finales de otoño y colóquelos sobre grava o mezcla para macetas. Riegue los esquejes para iniciar el crecimiento.
Problemas comunes y soluciones
A pesar de su resistencia, las plantas de resurrección aún pueden encontrar problemas.
Hojas que se vuelven negras: Si las hojas se vuelven negras, se sienten blandas o tienen un olor agrio, es probable que se deba a un exceso de riego. Pode las hojas afectadas y reduzca la cantidad de agua en el recipiente de la planta.
Hojas que se vuelven marrones: Las hojas marrones y rizadas indican latencia debido a la falta de humedad. Rehidrate la planta agregando agua fresca o rociándola regularmente.
Plagas y enfermedades: Las plantas de resurrección son susceptibles a plagas como los pulgones y enfermedades como el oídio. Trate las infestaciones o infecciones de inmediato para evitar daños mayores.
Información adicional
- Vida útil: Con el cuidado adecuado, las plantas de resurrección pueden vivir muchos años, posiblemente incluso siglos.
- Reproducción: Las plantas de resurrección se reproducen a través de esporas, no de semillas.
- Toxicidad: Las plantas de resurrección no son tóxicas para humanos y mascotas.
- Variedades: Hay dos variedades principales de plantas de resurrección: Selaginella lepidophylla (falsa Rosa de Jericó) y Anastatica hierochuntica (verdadera Rosa de Jericó).
Siguiendo estos consejos de cuidado y entendiendo sus características únicas, puede cultivar y disfrutar fácilmente de esta fascinante y resistente planta de interior en su hogar.