Retablo de Isenheim: una obra maestra nacida del sufrimiento
Retablo de Isenheim: una obra de arte y consuelo
En la pintoresca ciudad francesa de Colmar, situada en la frontera con Alemania, se encuentra uno de los tesoros artísticos más notables: el Retablo de Isenheim del siglo XVI. Este imponente políptico, creado por el enigmático Matthias Grünewald, fue encargado por monjes antonianos para un hospital que trataba a víctimas del fuego de San Antonio, una enfermedad desfigurante conocida hoy como ergotismo.
El retablo, una sublime creación artística, ha cautivado a artistas y eruditos desde su traslado a Colmar hace dos siglos. Su creador, Matthias Grünewald, cuya verdadera identidad eludió a los eruditos durante siglos, ha seguido siendo una figura de fascinación.
El encargo y el artista
Los monjes antonianos encargaron el retablo entre 1512 y 1516 para la capilla de su hospital en Isenheim, una ciudad al sur de Colmar. Los monjes dedicaron sus vidas a cuidar a los pacientes aquejados del fuego de San Antonio, una enfermedad dolorosa y a menudo mortal que lleva el nombre del santo que él mismo había sufrido un gran sufrimiento.
El artista elegido para esta trascendental tarea fue un artista e ingeniero alemán, contemporáneo del renombrado Alberto Durero. Durante siglos, su nombre fue un misterio hasta que un biógrafo lo identificó como Matthias Grünewald en 1675. Aunque investigaciones posteriores revelaron que su verdadero nombre era Mathis Gothart o Mathis Gothart Neithardt, los eruditos han seguido utilizando el nombre tradicional erróneo.
Las poderosas imágenes del retablo
El Retablo de Isenheim de Grünewald es una obra maestra multifacética que se despliega a medida que sus alas se abren para revelar una serie de escenas cautivadoras. Como en la mayoría del arte cristiano, el Salvador desempeña un papel central, apareciendo tanto en un inquietante panel de la Crucifixión como en una triunfal Resurrección. Sin embargo, este retablo también presenta de forma destacada al torturado San Antonio, cuya presencia ofrece esperanza y consuelo a los afligidos.
Las imágenes del retablo son a la vez inquietantes y edificantes, y transmiten el mensaje de que incluso en las profundidades del sufrimiento, uno puede encontrar consuelo y conexión con lo divino.
Redescubriendo el Retablo de Isenheim
Hoy, el Retablo de Isenheim se encuentra en el Museo Unterlinden de Colmar, y atrae a un número modesto de visitantes en comparación con otras obras de arte famosas. Sin embargo, como sostiene el autor Stanley Meisler, esta relativa oscuridad ofrece una clara ventaja a quienes peregrinan para verlo.
En la tranquilidad y la intimidad del museo, los visitantes pueden sumergirse verdaderamente en las poderosas imágenes del retablo y contemplar el profundo mensaje de esperanza y resiliencia que transmite.
El perdurable legado del Retablo de Isenheim
El Retablo de Isenheim sigue siendo un testimonio del poder transformador del arte, ofreciendo consuelo e inspiración a quienes han soportado el sufrimiento. Su perdurable legado reside en su capacidad de trascender el tiempo y seguir resonando en los espectadores siglos después de su creación.