Cómo el tiempo, el espacio y las figuras de autoridad influyen en su brújula moral
La maleabilidad del juicio moral
Durante siglos, filósofos y psicólogos han debatido la naturaleza de la moralidad, argumentando que ciertos principios morales son universales e inmutables. Sin embargo, investigaciones recientes sugieren que nuestros juicios morales son mucho más flexibles de lo que se pensaba anteriormente.
Un estudio realizado por un equipo internacional de investigadores encontró que los juicios morales de las personas están significativamente influenciados por factores tales como el tiempo, el espacio y las figuras de autoridad. Por ejemplo, las personas tienden a juzgar las acciones como menos moralmente incorrectas si ocurrieron hace mucho tiempo o muy lejos. Además, es más probable que aprueben las acciones si un líder influyente en su comunidad las respalda.
El papel de la comunidad
Según los investigadores, estos cambios en el juicio moral están impulsados por nuestra psicología evolucionada, que nos motiva a seguir e imponer un conjunto de reglas dentro de nuestra comunidad. Al establecer una reputación de alta moralidad, aumentamos nuestras posibilidades de ser incluidos en empresas cooperativas que mejoran nuestra supervivencia.
Sin embargo, existen límites hasta los cuales debemos hacer cumplir los códigos morales. Cuando se trata de eventos que sucedieron muy lejos o hace mucho tiempo, expresar indignación tiene poco beneficio, ya que no afecta directamente a nuestra comunidad. En cambio, deberíamos centrarnos en hacer cumplir los códigos morales cuando sean relevantes para nuestra comunidad y haya un costo tangible al hacerlo.
La influencia de las figuras de autoridad
Las personas de gran importancia en sus comunidades, como los líderes tribales o las figuras políticas, tienen un impacto significativo en la configuración de las normas morales. Nuestra psicología está en sintonía con las opiniones de estos líderes y tendemos a ajustar nuestros propios juicios morales para que coincidan con los suyos.
Parroquialismo moral y el poder de las redes sociales
Si bien los filósofos morales sostienen que debemos aplicar los principios morales universalmente, las investigaciones muestran que las personas suelen ser moralmente parroquiales, lo que significa que juzgan las acciones de manera diferente según el momento y el lugar en que ocurren. Esto se debe en parte a nuestra psicología evolucionada, que prioriza las necesidades de nuestra comunidad local.
Sin embargo, las redes sociales tienen el potencial de desafiar nuestro parroquialismo moral al exponernos a injusticias que ocurren lejos. Al hacer que estos eventos parezcan más locales, las redes sociales pueden aprovechar nuestra psicología inherente y motivarnos a expresar indignación moral.
El desafío de la moralidad global
En un mundo cada vez más interconectado, enfrentamos el desafío de equilibrar las preocupaciones morales locales y globales. Por un lado, tenemos la responsabilidad de abordar las injusticias que ocurren en cualquier parte del mundo. Por otro lado, también debemos priorizar las necesidades de nuestra comunidad local.
Para lograr un sentido más universal de indignación moral, debemos reconocer que todos somos parte de una única comunidad global. Al trabajar juntos y utilizar el poder de las redes sociales, podemos crear un mundo donde todas las personas sean tratadas con dignidad y respeto, independientemente de su ubicación o circunstancias.