Origen de la Luna y el enigma del tungsteno
Formación de la Luna
Según la hipótesis del impacto gigante ampliamente aceptada, la Luna se formó hace unos 4.500 millones de años cuando un cuerpo del tamaño de Marte llamado Theia chocó con la Tierra. Las simulaciones y el análisis de rocas lunares sugieren que la Luna está compuesta principalmente por material del manto de Theia, que es similar en composición al manto de la Tierra.
Composición química de la Luna
Sin embargo, los planetas suelen tener composiciones químicas distintas. Si Theia se formó lejos de la Tierra, su composición debería haber sido diferente y la composición de la Luna no debería parecerse al manto de la Tierra.
El enigma del tungsteno
Un elemento que complica la historia del origen de la Luna es el tungsteno. El tungsteno es un elemento amante del hierro que tiende a hundirse hacia los núcleos de los planetas. Por lo tanto, la Luna y la Tierra deberían tener cantidades muy diferentes de tungsteno, ya que el manto rico en tungsteno de Theia se habría incorporado a la Luna durante el impacto.
Similitudes isotópicas
Dos estudios independientes examinaron la relación de dos isótopos de tungsteno en rocas lunares y muestras de la Tierra. Descubrieron que las rocas lunares tienen un poco más de tungsteno-182 que la Tierra, un hallazgo intrigante porque el tungsteno-182 es producido por la desintegración radiactiva del hafnio-182, que tiene una vida media corta.
La hipótesis del enchapado tardío
La solución más simple al enigma del tungsteno es la hipótesis del enchapado tardío. Esta hipótesis sugiere que la Tierra y la pro-Luna inicialmente tenían relaciones isotópicas de tungsteno similares. Sin embargo, la Tierra, al ser más grande y masiva, continuó atrayendo planetesimales después del impacto, agregando nuevo material a su manto. Este enchapado tardío habría tenido más tungsteno-184 en relación con el tungsteno-182, mientras que la Luna habría conservado la relación del impacto.
Evidencia de un enchapado tardío
La hipótesis del enchapado tardío está respaldada por el hecho de que la Tierra tiene más elementos siderófilos (elementos que aman el hierro) en su manto de lo esperado. Estos elementos deberían haberse hundido en el núcleo, pero deben haber sido traídos a la Tierra después de la formación del núcleo por impactos de meteoritos.
Similitud de las relaciones isotópicas del tungsteno
Para que la pro-Luna coincida con la relación de tungsteno de la Tierra, Theia y la Tierra deben haber comenzado con abundancias de tungsteno muy similares. Resolver este enigma requerirá más estudios planetarios, pero la historia del origen lunar se está volviendo más clara.
Papel de los planetesimales en la formación lunar
Las simulaciones han demostrado que es más probable que se produzcan grandes impactos entre cuerpos que se formaron cerca unos de otros y, por lo tanto, tienen composiciones similares. Esto apoya la idea de que Theia se formó relativamente cerca de la Tierra.
Planetesimales y el enchapado tardío
Los planetesimales continuaron bombardeando el joven sistema solar después de la formación de la Luna. La Tierra recogió más de este material de enchapado tardío que la Luna, lo que contribuyó aún más a las diferencias en sus composiciones.