Antiguas heces de ovejas revelan un asentamiento previo a los vikingos en las Islas Feroe
La llegada de los celtas
Las Islas Feroe, situadas entre Noruega e Islandia en el Atlántico Norte, alguna vez se pensó que habían sido colonizadas por primera vez por los vikingos alrededor del año 850 d.C. Sin embargo, investigaciones recientes han descubierto evidencia que sugiere que las islas fueron habitadas siglos antes por los celtas.
El análisis de antiguas heces de ovejas encontradas en el fondo de un lago en la isla de Eysturoy reveló la presencia de ovejas domesticadas entre los años 492 y 512 d.C. Este descubrimiento, junto con la ausencia de cualquier signo de vida de mamíferos en las islas antes del siglo V, indica que las ovejas deben haber sido traídas por los colonos.
Evidencia de granos de cebada carbonizados
Una corroboración adicional de una presencia previa a los vikingos en las Islas Feroe proviene de un estudio de 2013 de granos de cebada carbonizados descubiertos debajo del piso de una casa comunal vikinga en la isla de Sandoy. Estos granos fueron fechados entre 300 y 500 años antes de la llegada de los colonos nórdicos a la región.
Otros posibles indicios de habitación temprana
Los textos medievales sugieren que los monjes irlandeses pueden haber llegado a las Islas Feroe a principios del siglo VI. Además, se han encontrado marcadores de tumbas celtas sin fechar y nombres de lugares en las islas. Algunos expertos también han especulado que la «Isla de los Bienaventurados», un sitio visitado por San Brendan entre 512 y 530 d.C., pudo haber estado ubicada en las Feroe.
Evidencia de ADN
El análisis de ADN de los residentes modernos de las Islas Feroe muestra que su ascendencia paterna es principalmente escandinava, mientras que su ADN materno es principalmente británico o irlandés. Esto podría ser una señal de que los vikingos trajeron consigo mujeres no escandinavas en sus viajes o de una mezcla de los recién llegados con una población existente de ascendencia celta.
Cambios ambientales
La introducción de ovejas en las Islas Feroe tuvo un impacto significativo en el medio ambiente local. El análisis de núcleos de sedimentos del lago de Eysturoy muestra que las plantas leñosas como el sauce, el enebro y el abedul desaparecieron alrededor de la época de la llegada de las ovejas. Estas plantas fueron reemplazadas por vegetación parecida a la hierba, apta para el pastoreo.
Implicaciones para futuras investigaciones
El descubrimiento de un asentamiento previo a los vikingos en las Islas Feroe abre nuevas vías de investigación. El arqueólogo Kevin Edwards de la Universidad de Aberdeen sugiere que los estudios futuros podrían centrarse en identificar los orígenes de los colonos celtas y explorar sus interacciones con los vikingos que llegaron más tarde.
El papel de la navegación de larga distancia
La llegada de los celtas a las Islas Feroe demuestra la importancia de la navegación de larga distancia en la exploración y colonización de nuevas tierras. A pesar de su merecida reputación como navegantes, los escandinavos solo adoptaron la navegación de larga distancia entre 750 y 820 d.C., más tarde que algunos otros europeos.
Conclusión
La evidencia presentada en este artículo sugiere fuertemente que las Islas Feroe fueron habitadas por los celtas siglos antes de la llegada de los vikingos. Este descubrimiento proporciona una visión fascinante de la compleja historia del asentamiento humano en el Atlántico Norte y plantea cuestiones importantes sobre las interacciones entre diferentes culturas en esta remota región.