Los asesinatos de activistas ambientales alcanzan niveles alarmantes
Crisis global
En 2015, el mundo fue testigo de un impactante aumento de la violencia contra los ambientalistas y los activistas indígenas. Un informe de Global Witness reveló que al menos 185 personas fueron asesinadas, lo que representa un aumento del 60% con respecto al año anterior y la cifra más alta desde que la organización comenzó a rastrear tales incidentes en 2002.
Focos de violencia
El informe identificó varios países como focos de violencia contra los activistas ambientales. Colombia, Perú, Nicaragua y la República Democrática del Congo surgieron como regiones particularmente peligrosas. Brasil y Filipinas representaron la mitad de los asesinatos en 2015.
Causas de la violencia
Los principales impulsores de la violencia contra los activistas ambientales son los conflictos por la extracción de recursos, como la tala, la minería y la construcción de represas hidroeléctricas. En muchos casos, estos proyectos son aprobados por los gobiernos, pero enfrentan la oposición de las comunidades locales que temen los impactos ambientales y sociales.
Pueblos indígenas y ambientalistas
Los pueblos indígenas a menudo son los más afectados por la violencia ambiental mientras luchan por proteger sus tierras y recursos tradicionales. En Filipinas, por ejemplo, 25 activistas fueron asesinados en Mindanao, incluidos miembros del grupo indígena lumad que se opusieron a proyectos mineros a gran escala.
Responsabilidad corporativa
El informe destacó el papel de las corporaciones en alimentar la violencia contra los ambientalistas. En algunos casos, las empresas han sido acusadas de contratar fuerzas de seguridad privadas o sobornar a funcionarios para intimidar o silenciar a los activistas. Los inversionistas y las corporaciones deben rendir cuentas por su participación en actividades ilegales o asesinatos.
Acción gubernamental
Los gobiernos tienen un papel crucial que desempeñar para frenar la violencia contra los activistas ambientales. El informe recomienda varias acciones, que incluyen:
- Monitorear proyectos que podrían conducir a conflictos
- Ratificar y hacer cumplir los acuerdos de la ONU sobre derechos humanos
- Hacer responsables a los inversionistas y corporaciones por sus acciones
Casos recientes
El asesinato de Berta Cáceres Flores, una destacada activista ambiental hondureña, en marzo de 2016 atrajo la atención internacional sobre la violencia en curso. Cáceres había estado luchando contra la construcción de una represa en el río Gualcarque.
Llamado a la acción
El alarmante aumento de los asesinatos de activistas ambientales exige acciones urgentes. Los gobiernos, las corporaciones y la sociedad civil deben trabajar juntos para proteger los derechos de quienes defienden nuestro planeta.
Recomendaciones para la acción
- Apoyar a las organizaciones que monitorean y documentan la violencia contra los ambientalistas
- Presionar a los gobiernos para que ratifiquen y hagan cumplir los acuerdos de la ONU sobre derechos humanos
- Hacer responsables a las corporaciones por sus acciones a través de mecanismos legales y financieros
- Crear conciencia sobre el tema de los asesinatos de activistas ambientales y abogar por el cambio
- Apoyar a las comunidades indígenas en su lucha por proteger sus tierras y recursos