Fantasmas en la artemisa: preservando la historia de los ranchos en el Parque Nacional Grand Teton
El apogeo de los ranchos
Enclavados en medio de la artemisa y los imponentes picos del Parque Nacional Grand Teton, se encuentran los restos de una época pasada: los ranchos que alguna vez florecieron a principios del siglo XX. Estas estructuras en ruinas, como el rancho Bar BC, susurran historias de un tiempo en que el valle de Jackson Hole era un patio de recreo para los ricos del este que buscaban aventuras y el encanto salvaje del Salvaje Oeste.
El rancho Bar BC: una ventana al pasado
Alguna vez un bullicioso centro social, el rancho Bar BC es ahora un inquietante recordatorio del apogeo de los ranchos. Sus cabañas de troncos y el corral de caballos se encuentran silenciosamente bajo los álamos, sus ventanas rotas revelan destellos de un pasado olvidado. Las bañeras antiguas, las chimeneas en ruinas y las flores silvestres que crecen a través de la pista de baile evocan las vibrantes reuniones que alguna vez llenaron estas paredes.
Preservación y controversia
Hoy en día, el rancho Bar BC es una de las muchas estructuras históricas esparcidas por el Parque Nacional Grand Teton. Si bien algunos abogan por eliminar todos los objetos artificiales de la naturaleza prístina, otros defienden la preservación de la «arquitectura vernácula» única de estos ranchos. Este debate pone de relieve la tensión entre la preservación de la historia y la protección de la integridad natural del parque.
Mormon Row y el granero Moulton: fotografías icónicas
Entre los restos más conocidos de los ranchos en Grand Teton se encuentra Mormon Row en Antelope Flats. Sus pintorescos graneros y cabañas, construidos por colonos mormones a fines del siglo XIX, han adornado innumerables calendarios y guías turísticas. El granero Moulton, con su techo puntiagudo desgastado que refleja las montañas escarpadas detrás de él, se ha convertido en un símbolo icónico del parque.
Rancho Lucas-Fabian: una joya escondida
Igual de espectacular pero menos conocido es el rancho Lucas-Fabian, enclavado al pie del Grand Teton. Construidas por un maestro de escuela de la ciudad de Nueva York convertido en granjero, las cabañas del rancho permanecen tapiadas, preservando el legado de su espíritu pionero. Los planes para transformar el sitio en un centro de artistas en residencia aún no se han materializado.
Rancho White Grass: un centro para la restauración occidental
En el extremo sur del parque, el rancho White Grass ha adquirido un nuevo propósito. Construido en 1913, ahora sirve como una instalación donde los visitantes pueden aprender las técnicas para restaurar estructuras clásicas occidentales, asegurando que el patrimonio arquitectónico de los ranchos siga prosperando.
Rancho Murie: un legado de conservación
Quizás la historia de éxito de preservación más inspiradora en Grand Teton es el rancho Murie. Una vez un puesto de avanzada primitivo, se convirtió en el improbable centro neurálgico de algunas de las campañas de conservación más importantes de Estados Unidos. Los ambientalistas Olaus y Mardy Murie orquestaron la creación del Refugio Nacional de Vida Silvestre de Alaska y organizaron reuniones clave que llevaron a la Ley de Áreas Silvestres de 1964. Hoy en día, el rancho alberga retiros y conferencias sobre cuestiones ambientales, continuando con el legado de los Murie de proteger el mundo natural.
Salvando ranchos desiertos
El director del Centro Murie, Brooke Williams, cree que se pueden salvar más ranchos abandonados del parque. Sostiene que estas cabañas de troncos encarnan la relación armoniosa entre la naturaleza y la historia humana. Su preservación sirve no solo como testimonio del pasado sino también como un recordatorio de la importancia de proteger nuestro medio ambiente frente a los desafíos modernos.
Conclusión
Los ranchos fantasmas del Parque Nacional Grand Teton cuentan una historia convincente sobre los ranchos, la historia occidental y la lucha continua por preservar nuestro patrimonio cultural y natural. Al abrazar el legado arquitectónico de estos ranchos y continuar los esfuerzos de conservación inspirados por los Murie, podemos garantizar que el espíritu del Salvaje Oeste perdure en el siglo XXI y más allá.