Extraños modelos animales de la evolución humana
Fósiles y anatomía comparada
Los fósiles proporcionan pistas valiosas sobre la historia de la vida en la Tierra. Sin embargo, para comprender completamente estas pistas, los científicos también necesitan estudiar animales vivos. Al comparar los huesos y la fisiología de las criaturas modernas con los de los animales extintos, podemos hacer inferencias sobre su comportamiento y adaptaciones.
En el estudio de la evolución humana, los homínidos (nuestros ancestros) a menudo se comparan con sus descendientes vivos, los humanos, y nuestros parientes vivos más cercanos, los chimpancés. Sin embargo, a veces puede ser más informativo comparar a los homínidos con especies más distantemente relacionadas que comparten rasgos similares debido a la evolución convergente.
Nutrias marinas: modelos para Paranthropus
Las nutrias marinas, mamíferos marinos que no parecen tener mucho en común con los homínidos, tienen molares que se asemejan mucho a los del género extinto de homínidos Paranthropus. Paranthropus era conocido por su mandíbula gigante, enormes músculos masticadores y grandes molares con cúspides redondeadas.
Tanto las nutrias marinas como Paranthropus tenían una dieta que incluía objetos duros, como mariscos y nueces. Los investigadores han creído durante mucho tiempo que esta similitud en la anatomía dental indica que Paranthropus también comía alimentos duros. Sin embargo, investigaciones recientes sugieren que Paranthropus pudo haber pasado más tiempo pastando plantas duras que comiendo nueces. Sin embargo, los paleoantropólogos continúan estudiando a las nutrias marinas para obtener información sobre los hábitos alimenticios de Paranthropus y otros homínidos.
Lobos: modelos para el comportamiento social humano
Los lobos a menudo se estudian en el contexto de la evolución humana, particularmente en las discusiones sobre la domesticación de los perros. Sin embargo, los lobos también pueden proporcionar información valiosa sobre el comportamiento social humano.
Adam Clark Arcadi, antropólogo de la Universidad de Cornell, utilizó lobos para examinar cuántas especies de Homo pudieron haber existido al mismo tiempo. Esta pregunta surge en relación con los humanos modernos y los neandertales: ¿eran los neandertales una especie separada o solo una subespecie de Homo sapiens?
Según Arcadi, es probable que solo hubiera una especie humana durante este período de tiempo. Aunque las poblaciones regionales pueden haber desarrollado diferentes rasgos físicos, una especie unida se habría mantenido siempre que hubiera flujo genético entre las poblaciones.
Los lobos, que tienen un amplio rango y toleran numerosos hábitats, proporcionan una analogía útil para la evolución humana. Las manadas de lobos pueden viajar largas distancias y sobrevivir en diversos entornos, al igual que los humanos. Esto sugiere que es probable que el flujo genético se haya mantenido en las poblaciones humanas, incluso durante períodos de aislamiento geográfico.
Monos capuchinos: modelos para el uso de herramientas
Los monos capuchinos, a diferencia de las nutrias marinas y los lobos, pueden no parecer un animal inusual para comparar con los homínidos. Sin embargo, estos primates, que divergieron de los humanos hace más de 35 millones de años, comparten dos características importantes: cerebros grandes y uso de herramientas.
En Brasil, algunas poblaciones de capuchinos utilizan palos para sondear agujeros y piedras para abrir nueces de palma. Los investigadores creen que estudiar las diferencias entre las poblaciones de capuchinos que usan herramientas y las que no las usan puede arrojar luz sobre cómo y por qué el uso de herramientas evolucionó en los homínidos.
Una diferencia clave entre los capuchinos que usan herramientas y los que no las usan es que los primeros tienden a ser más terrestres y viven en entornos similares a la sabana. Esto sugiere que el uso de herramientas puede haber evolucionado en los homínidos a medida que se adaptaban a hábitats más abiertos.
El papel de la evolución convergente
Los ejemplos de nutrias marinas, lobos y monos capuchinos destacan la importancia de la evolución convergente en el estudio de la evolución humana. Al comparar a los homínidos con animales que comparten rasgos similares pero tienen diferentes historias evolutivas, podemos obtener información sobre las presiones selectivas que han dado forma a nuestra propia especie.
La evolución convergente proporciona una herramienta poderosa para comprender la diversidad de la vida en la Tierra y los procesos que han impulsado su evolución.