¿Por qué decimos tantas tonterías?
La ciencia de la estupidez
A todos nos gusta pensar en nosotros mismos como seres racionales que valoran la verdad y la razón. Pero la realidad es que todos somos propensos a decir tonterías a veces. Este fenómeno se conoce como «decir tonterías».
Decir tonterías se define como «un comportamiento social generalizado que implica comunicación con poca o ninguna preocupación por la evidencia y/o el conocimiento semántico, lógico, sistémico o empírico establecido». En otras palabras, es inventar cosas sin preocuparse de si son ciertas o no.
¿Por qué decimos tonterías?
Según la investigación, hay dos factores principales que contribuyen a decir tonterías:
- Presión social: Cuando sentimos que nos presionan para tener una opinión sobre un tema, incluso si no sabemos mucho sobre él, es más probable que inventemos algo.
- Falta de responsabilidad: Si no creemos que nadie cuestionará nuestras afirmaciones, es más probable que nos soltemos con las tonterías.
El impacto de las tonterías
Las tonterías pueden tener un impacto negativo en nuestro discurso público y nuestras relaciones personales. Puede conducir a la desinformación, la desconfianza e incluso el conflicto.
Cómo combatir las tonterías
La buena noticia es que hay cosas que podemos hacer para combatir las tonterías. Una de las estrategias más efectivas es simplemente llamar a la gente por ello. Cuando alguien hace una afirmación que parece dudosa, pídele pruebas que la respalden. Si no pueden proporcionar ninguna, entonces sabes que probablemente solo están diciendo tonterías.
Otra estrategia es promover el pensamiento crítico y el razonamiento basado en evidencia. Esto significa enseñar a las personas cómo evaluar la información y tomar decisiones informadas. Cuando las personas son pensadoras más críticas, es menos probable que sean engañadas por tonterías.
Diferencias individuales en la susceptibilidad a las tonterías
Algunas personas son más susceptibles a las tonterías que otras. Las investigaciones han demostrado que las personas que son menos analíticas, menos inteligentes, más altas en creencias religiosas y más propensas a la «confusión ontológica» (creer que la mente puede controlar el mundo físico) son más propensas a aceptar tonterías.
El papel del pensamiento crítico en la resistencia a las tonterías
El pensamiento crítico es esencial para resistir las tonterías. Cuando pensamos críticamente, evaluamos la información cuidadosamente y hacemos juicios basados en evidencia y razón. No solo aceptamos las cosas al pie de la letra y no tenemos miedo de desafiar afirmaciones que parecen dudosas.
La importancia del razonamiento basado en evidencia en una sociedad posverdad
En un mundo donde la desinformación es desenfrenada, es más importante que nunca poder pensar críticamente y evaluar la información basándose en evidencia. Al promover el pensamiento crítico y el razonamiento basado en evidencia, podemos ayudar a crear una sociedad más informada y racional.
Investigaciones adicionales
Además de la investigación sobre por qué la gente dice tonterías, también ha habido investigaciones sobre por qué algunas personas son más propensas a aceptar tonterías que otras. Un estudio encontró que las personas con un sesgo de respuesta aumentado tienen más probabilidades de aceptar ideas correspondientes y pseudofactos. Otro estudio encontró que las personas que son menos analíticas, menos inteligentes, más altas en creencias religiosas y más propensas a la «confusión ontológica» son más propensas a aceptar tonterías.
Esta investigación sugiere que existen diferencias individuales en la susceptibilidad a las tonterías. Algunas personas son simplemente más propensas a ser engañadas por tonterías que otras. Sin embargo, el pensamiento crítico y el razonamiento basado en evidencia pueden ayudarnos a protegernos de los peligros de las tonterías.
Estrategias para combatir las tonterías
Aquí hay algunos consejos para combatir las tonterías:
- Llama a la gente por sus tonterías.
- Promueve el pensamiento crítico y el razonamiento basado en evidencia.
- Sé consciente de tu propia susceptibilidad a las tonterías.
- Sé escéptico con las afirmaciones que parecen demasiado buenas para ser verdad.
- Pide pruebas para respaldar las afirmaciones.
- No tengas miedo de desafiar afirmaciones que parezcan dudosas.
Siguiendo estos consejos, podemos ayudar a crear una sociedad más informada y racional.