Vincent van Gogh y Charles Obach: Un camino improbable hacia la grandeza artística
Un retrato recién descubierto arroja luz sobre una relación crucial
En los archivos de la National Portrait Gallery de Londres, se ha realizado un descubrimiento extraordinario: un retrato previamente desconocido de Charles Obach, el gerente de la sucursal londinense de la galería Goupil. Este retrato ofrece una fascinante visión de la relación entre Obach y Vincent van Gogh, un joven artista cuya vida dio un giro dramático bajo la influencia de Obach.
Obach y van Gogh: Una alianza incómoda
El desdén de Vincent van Gogh por la fotografía está bien documentado. Creía que las fotografías capturaban solo un parecido superficial, mientras que los retratos pintados transmitían la esencia más profunda del sujeto. Irónicamente, la única representación fotográfica conocida de van Gogh como adulto es un retrato tomado en 1873 por el fotógrafo holandés Jacobus de Louw.
Por el contrario, el retrato recién descubierto de Obach revela a un hombre sereno y seguro de sí mismo. Como señala el experto en arte Martin Bailey, este retrato contrasta fuertemente con el propio de van Gogh, que muestra una expresión preocupada y un aire de reserva.
El viaje poco convencional de van Gogh
El camino de van Gogh hacia la grandeza artística fue todo menos convencional. Inicialmente trabajó como marchante de arte en la sucursal de Goupil Gallery en La Haya, pero su falta de habilidades para interactuar con los clientes llevó a Obach a enviarlo a la sucursal de Londres en 1873.
Al principio, Obach dio la bienvenida a van Gogh, incluso invitándolo a un viaje de fin de semana y celebrando la Navidad con él y su familia. Sin embargo, el comportamiento poco convencional de van Gogh y su incapacidad para conectarse con los clientes finalmente llevaron a su despido de Goupil en 1876.
La influencia involuntaria de Obach
A pesar de su despido, van Gogh y Obach se mantuvieron en términos relativamente amistosos. Bailey señala que se encontraron brevemente en La Haya en 1881, y Obach envió condolencias a Theo van Gogh después de la muerte de Vincent en 1890.
Irónicamente, la decisión de Obach de despedir a van Gogh pudo haberlo empujado inadvertidamente hacia su verdadera vocación como artista. Las experiencias posteriores de van Gogh trabajando en un internado, una librería y una mina de carbón alimentaron aún más su deseo de servir a los demás y de expresarse a través del arte.
La influencia del autorretrato
La creencia de van Gogh en el poder de los autorretratos como medio para capturar la verdadera esencia de uno es evidente en sus numerosos autorretratos. Produjo más de 43 autorretratos en diversas formas, explorando su propia identidad y cuestionando la naturaleza del arte.
En una carta a su hermana Wilhelmina, van Gogh articuló su creencia de que los retratos pintados perduran más que las fotografías y transmiten una conexión emocional más profunda. Escribió: «Los retratos [fotografiados], primero, se desvanecen más rápido que nosotros mismos, mientras que el retrato pintado permanece durante muchas generaciones. Además, un retrato pintado es algo que se siente hecho con amor o respeto por el ser representado».
Un legado de influencia
A pesar de las circunstancias incómodas de su relación, los caminos de Obach y van Gogh se entrelazaron de una manera que moldearía para siempre el mundo del arte. El despido de Obach pudo haber sido el catalizador que puso a van Gogh en su camino artístico, llevándolo a crear algunas de las obras de arte más queridas e influyentes de la historia.
El descubrimiento del retrato de Obach agrega una nueva capa a nuestra comprensión de esta relación fundamental. Ofrece una visión de los dos hombres que desempeñaron un papel importante en la configuración de la vida y el legado de van Gogh, enriqueciendo finalmente el mundo con la profunda belleza y profundidad emocional de su arte.