La ciudad perdida de Werowocomoco: el descubrimiento del asentamiento algonquino crucial para la supervivencia de Jamestown
Descubrimiento arqueológico
En los anales de la historia estadounidense, el redescubrimiento de Werowocomoco, la capital del poderoso jefe algonquino Powhatan, es un testimonio de la resistencia de las comunidades indígenas y el legado perdurable de sus interacciones con los colonos europeos. Durante siglos, la ubicación de este asentamiento fundamental permaneció envuelta en misterio hasta un notable descubrimiento de Lynn Ripley, propietaria de York River, a principios de la década de 2000.
Los tiestos de cerámica que sobresalían de la arcilla en su tierra llamaron la atención de Ripley, lo que la llevó a ponerse en contacto con los arqueólogos Randolph Turner y William Martin Gallivan del William and Mary College. Reconociendo la importancia de sus hallazgos, Turner se embarcó en una extensa búsqueda del área, guiada por relatos históricos y mapas.
Contexto histórico
El establecimiento de Jamestown en 1607 marcó un punto de inflexión en la historia de América del Norte. Sin embargo, la supervivencia de la incipiente colonia dependía en gran medida de su relación con la poderosa Confederación Algonquina liderada por el Jefe Powhatan. En 1608, el capitán John Smith, un explorador y mercenario inglés, forjó una alianza con Powhatan, asegurando el acceso a alimentos y suministros para los colonos en apuros.
Excavaciones y hallazgos
Las excavaciones en Werowocomoco revelaron una gran cantidad de artefactos que arrojaron luz sobre la historia y el significado del asentamiento. Los arqueólogos descubrieron utensilios de cobre, cuentas de vidrio y otros elementos que datan de la era de Jamestown, lo que confirma los estrechos vínculos entre las dos comunidades.
En particular, se descubrieron los restos de dos zanjas paralelas, cada una de más de dos campos de fútbol de longitud. Estas zanjas, representadas en un mapa de 1608 por el embajador español Don Pedro de Zuñiga, pueden haber servido como límites para espacios religiosos o ceremoniales. El análisis de radiocarbono reveló que las zanjas fueron construidas en el siglo XIII, antes de la época de Powhatan.
Aportes a la cultura algonquina
El descubrimiento de las zanjas desafió suposiciones arraigadas sobre la historia de Werowocomoco. Sugirió que Powhatan había establecido su capital en un antiguo asentamiento ya existente, en lugar de fundarlo él mismo. Este hallazgo subraya la complejidad y longevidad de la cultura algonquina en la región de la Bahía de Chesapeake.
Conexiones con el capitán John Smith y Pocahontas
Durante su visita a Werowocomoco en 1608, el capitán John Smith registró en su diario la distancia desde la orilla hasta la casa comunal de Powhatan como «unas treinta puntuaciones». Las excavaciones revelaron una estructura ubicada aproximadamente a 1500 pies de la orilla del río, alineada con el relato de Smith y potencialmente marcando el sitio donde tuvo lugar el encuentro histórico entre Smith y Pocahontas.
Legado y preservación
El redescubrimiento de Werowocomoco no solo enriquece nuestra comprensión del pasado sino que también sirve como un recordatorio del perdurable legado de los pueblos indígenas en Estados Unidos. El sitio de excavación ahora se conserva como un hito histórico, y los indios de Virginia y los nativos americanos participan activamente en su interpretación y protección.
Al conmemorar el 400 aniversario de la fundación de Jamestown, es apropiado reconocer las contribuciones de la Confederación Algonquina y la ciudad perdida de Werowocomoco, que desempeñaron un papel fundamental en la configuración del curso de la historia estadounidense.