La piedra Rosetta: Descifrando los secretos del antiguo Egipto
Descubrimiento de la piedra Rosetta
En 1799, durante la invasión de Egipto por parte de Napoleón, un soldado francés llamado Pierre-François Bouchard descubrió un fragmento de piedra roto en la localidad de Rashid (Rosetta). Este fragmento, conocido como la piedra Rosetta, contenía una inscripción con un decreto emitido por un consejo de sacerdotes egipcios en 196 a. C.
El decreto estaba escrito en tres sistemas de escritura: jeroglíficos, demótico (una forma simplificada de los jeroglíficos) y griego antiguo. Los eruditos reconocieron que el texto griego podía ser traducido, pero los sistemas de escritura jeroglíficos y demóticos siguieron siendo un misterio.
Descifrado de la piedra Rosetta
Dos eruditos, Jean-François Champollion y Thomas Young, se apresuraron a descifrar el código de la piedra Rosetta. Champollion, un filólogo francés, y Young, un físico inglés, tenían un profundo conocimiento de la lingüística y las técnicas de descifrado.
El avance de Young se produjo cuando se dio cuenta de que ciertos jeroglíficos encerrados en cartelas (marcos ovalados) representaban nombres extranjeros, que podían pronunciarse de forma similar en diferentes idiomas. Al comparar las cartelas jeroglíficas con los nombres griegos de la piedra Rosetta, Young pudo identificar los valores fonéticos de algunos jeroglíficos.
Champollion profundizó en el trabajo de Young basándose en sus conocimientos del copto, un descendiente del antiguo idioma egipcio. Identificó jeroglíficos fonéticos adicionales comparándolos con sus equivalentes coptos.
Finalmente, en 1822, Champollion tuvo un momento eureka mientras estudiaba una cartela del templo de Abu Simbel. Identificó el jeroglífico del sol (ra) y el jeroglífico del sonido «s». Esto le llevó a descifrar el nombre del faraón Ramsés, demostrando que los jeroglíficos podían representar palabras y sonidos egipcios.
La piedra Rosetta y el estudio de los jeroglíficos
El descifrado de la piedra Rosetta revolucionó el estudio de la historia y la cultura del antiguo Egipto. Los jeroglíficos, que antes eran un sistema de escritura enigmático, se hicieron accesibles a los eruditos, revelando una gran cantidad de información sobre la antigua civilización egipcia.
La piedra Rosetta proporcionó información clave sobre el desarrollo de los sistemas de escritura y la relación entre el lenguaje y los símbolos. También ayudó a los eruditos a comprender las creencias religiosas, los sistemas políticos y las estructuras sociales del antiguo Egipto.
La importancia de la piedra Rosetta
La piedra Rosetta sigue siendo un icono cultural, que representa el poder de la colaboración y la búsqueda humana de conocimiento. Es un testimonio del ingenio y la determinación de los eruditos que descifraron los secretos de una lengua y una civilización perdidas.
La piedra Rosetta ha inspirado innumerables exposiciones, libros y documentales, cautivando a audiencias de todo el mundo. Sigue sirviendo como un símbolo de la interconexión de las culturas humanas y de la importancia de preservar nuestro patrimonio colectivo.
Otras inscripciones fragmentarias
La piedra Rosetta no es la única copia superviviente del decreto emitido en 196 a. C. Se han descubierto más de dos docenas de inscripciones fragmentarias en varios templos de Egipto. Estas inscripciones han ayudado a los eruditos a confirmar y refinar el descifrado de los jeroglíficos.
La piedra Rosetta y el bicentenario
Doscientos años después del avance de Champollion, la piedra Rosetta sigue siendo una fuente de fascinación e inspiración. Se planean celebraciones y exposiciones en todo el mundo para conmemorar el bicentenario de su desciframiento. En Egipto, se piden al Museo Británico que devuelva la piedra a su país de origen.
El legado de la piedra Rosetta va mucho más allá de su presencia física. Se erige como un símbolo del ingenio humano, la comprensión cultural y el poder perdurable de la palabra escrita.