Cómo cultivar y cuidar la lavanda en interiores: una guía completa
Cultivo de lavanda en interiores
La lavanda, conocida por sus fragantes flores y su aroma calmante, puede cultivarse con éxito en interiores con los cuidados adecuados. Sin embargo, como no es una planta de interior tradicional, estos son los factores clave a tener en cuenta:
- Luz solar: La lavanda prospera en condiciones luminosas y soleadas. Colócala en una ventana orientada al sur o proporciona luz artificial con luces LED de cultivo durante al menos 12 horas diarias.
- Temperatura: Mantén las temperaturas interiores entre 50 y 70 grados Fahrenheit durante la primavera y el otoño. Desde finales de otoño hasta el invierno, son ideales temperaturas más frías de 45 a 50 grados Fahrenheit por la noche y de 60 a 65 grados Fahrenheit durante el día.
- Humedad: La lavanda prefiere una humedad baja, lo que la convierte en una planta adecuada para ambientes interiores, donde los niveles de humedad suelen ser inferiores al 40%.
Cuidado de la lavanda en interiores
Riego: Riega la lavanda cultivada en macetas cada 10 a 14 días, o cuando la tierra se sienta seca al tacto. Evita regar en exceso, ya que puede provocar la pudrición de la raíz.
Fertilización: Fertiliza la planta solo durante la primavera y el verano, utilizando un fertilizante orgánico formulado específicamente para macetas o una solución de fertilizante soluble en agua diluida a la mitad de la concentración recomendada.
Poda: Poda la lavanda regularmente para estimular un nuevo crecimiento y obtener una planta más frondosa. Corta los tallos y ramas que han florecido, eliminándolos desde la base de la planta.
Maceta y tierra
- Maceta: Elige una maceta de cerámica o terracota con orificios de drenaje que sea de 1 a 2 pulgadas más grande que el cepellón de la planta.
- Tierra: Utiliza una mezcla de tierra bien drenada y ligeramente arenosa diseñada específicamente para lavanda de interior. Puedes crear tu propia mezcla combinando partes iguales de tierra para macetas de buena calidad y tierra para cactus. Complementar la tierra con piedra caliza puede mejorar el drenaje y proporcionar calcio adicional.
Trasplante y cambio de maceta
- Trasplante: Llena el recipiente con tierra, dejando un par de pulgadas en la parte superior. Afloja suavemente las raíces para desenredarlas, coloca la planta en la maceta y agrega más tierra en la parte superior, dejando aproximadamente medio pulgada entre la tierra y la parte superior de la maceta.
- Cambio de maceta: Trasplanta la lavanda cada 1 a 2 años, o cuando esté enraizada en la maceta. Usa una maceta de un tamaño más grande que la anterior.
Trasladar la lavanda al exterior
La lavanda se puede trasladar al exterior en primavera y verano, ya que es una planta perenne resistente al frío que puede sobrevivir al aire libre durante todo el año en la mayoría de los climas.
Plagas y propagación comunes
- Plagas: Las moscas blancas, los ácaros, las cigarras y los saltahojas son plagas comunes que pueden afectar a la lavanda.
- Propagación: La lavanda es relativamente fácil de propagar a partir de esquejes tomados entre junio y septiembre.
Consejos adicionales
- Coloca la lavanda lejos de las mascotas, ya que contiene linalool, que puede ser tóxico para perros, gatos y caballos si se ingiere.
- Las plantas compañeras de la lavanda incluyen romero, tomillo, salvia y orégano.
- Para mejorar la salud y el crecimiento de la planta, considera usar un humidificador para aumentar la humedad alrededor de la planta.
Siguiendo estas pautas integrales, puedes disfrutar de la belleza y la fragancia de la lavanda en interiores durante todo el año.