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Cómo cultivar nabos: una guía completa

by Zuzana

Cómo cultivar nabos: una guía completa

Plantación

Los nabos, miembros de la familia Brassica, son vegetales de estación fría apreciados por sus hojas comestibles y sus nutritivas raíces. Plantar nabos es un proceso sencillo que puede producir cosechas abundantes con el cuidado adecuado.

  • Época: Siembra las semillas directamente en el jardín a fines del invierno/principios de la primavera o fines del verano/principios del otoño.
  • Ubicación: Selecciona un sitio con suelo suelto y bien drenado que no haya albergado otros cultivos de Brassica (por ejemplo, repollo, brócoli) en los últimos tres años para minimizar el riesgo de enfermedades.
  • Espaciado: Siembra las semillas de una a dos pulgadas de distancia en filas separadas de 18 a 30 pulgadas. Aclara las plántulas a una distancia de tres a seis pulgadas para permitir el desarrollo de las raíces.

Cuidados

El cuidado adecuado es esencial para el crecimiento saludable del nabo.

  • Luz: Los nabos requieren pleno sol (al menos seis horas) para prosperar.
  • Suelo: El suelo ideal para los nabos es franco, con un pH neutro a ligeramente ácido. Enmienda el suelo con materia orgánica para mejorar el drenaje y la disponibilidad de nutrientes.
  • Agua: Riega los nabos profundamente, proporcionando aproximadamente una pulgada de agua por semana. Evita el riego excesivo, ya que el suelo empapado puede provocar la pudrición de las raíces.
  • Fertilizante: Los nabos generalmente no requieren fertilizante adicional más allá de la aplicación inicial de materia orgánica en el momento de la siembra.
  • Compañeros: Buenas plantas compañeras para los nabos incluyen guisantes, frijoles y zanahorias.

Tipos de nabos

Varias variedades de nabos ofrecen diversos colores, formas y sabores.

  • ‘Just Right’: Raíces blancas, ligeramente aplanadas con hojas sabrosas.
  • ‘Purple Top White Globe’: Raíces redondas, de pulpa blanca con hombros púrpuras.
  • ‘Yellow Globe’: Raíces grandes, de sabor suave con pulpa crujiente de color crema.
  • ‘White Lady’: Raíces blancas puras, semirredondas con tolerancia al espigado.
  • ‘Red Round’: Raíces del tamaño de una pelota de tenis con un exterior rojo brillante y pulpa blanca.

Cosecha

  • Madurez: La mayoría de las variedades de nabos están listas para cosechar cuando las raíces alcanzan un diámetro de dos a tres pulgadas.
  • Método: Usa una pala para aflojar la tierra alrededor de la planta. Tira suavemente de la raíz del nabo desde el suelo.
  • Almacenamiento: Retira las hojas y lava las raíces. Guarda los nabos en el refrigerador hasta por dos semanas.

Cultivo de nabos en macetas

El cultivo de nabos en contenedores es posible con las consideraciones adecuadas.

  • Contenedor: Elige un contenedor que tenga al menos 16 pulgadas de ancho y ocho pulgadas de profundidad con orificios de drenaje.
  • Tierra: Llena el contenedor con tierra para macetas modificada con materia orgánica.
  • Plantación: Esparce las semillas y cúbrelas con una pulgada de tierra. Aclara las plántulas a unas cuatro pulgadas de distancia.
  • Cuidado: Coloca el contenedor a pleno sol, riega regularmente y cosecha los nabos cuando las raíces alcancen dos pulgadas de diámetro.

Cultivo de nabos a partir de semillas

Los nabos deben sembrarse directamente en el jardín o en contenedores.

  • Germinación: Las semillas germinan rápidamente y emergen después de unos 10 días.
  • Aclarado: Una vez que se desarrollan las hojas verdaderas, aclara las plántulas para permitir la formación de raíces.

Plagas y enfermedades comunes de las plantas

Los nabos son susceptibles a las plagas y enfermedades que afectan a otros cultivos de Brassica.

  • Plagas: Pulgas, gusanos de la col
  • Enfermedades: Podredumbre negra, hernia de la raíz

Consejos adicionales

  • Rotación de cultivos: Practica la rotación de cultivos evitando plantar nabos en el mismo lugar donde se han cultivado otros cultivos de Brassica recientemente para reducir el riesgo de enfermedades.
  • Acolchado: Cubre el suelo alrededor de los nabos con mantillo para suprimir las malas hierbas, conservar la humedad y regular la temperatura del suelo.
  • Control de plagas: Utiliza métodos orgánicos de control de plagas, como aceite de neem o jabón insecticida, para controlar las plagas.
  • Prevención de enfermedades: Las plantas sanas son menos susceptibles a las enfermedades. Asegúrate de un drenaje adecuado y evita el hacinamiento para minimizar la incidencia de enfermedades.

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