Búsqueda mundial de la barbacoa: exploración de culturas y delicias
Viaje culinario de Steven Raichlen
Steven Raichlen, reconocido experto en barbacoas y autor, se embarcó en una expedición mundial en busca de las experiencias de parrilla más cautivadoras del mundo. Su viaje lo llevó a destinos lejanos, donde descubrió los diversos sabores y tradiciones que definen la barbacoa en todo el mundo.
Colombia: más allá de la carne de res
En Colombia, la búsqueda de la barbacoa de Raichlen dio un giro inesperado. Intrigado por el enigmático plato conocido como lomo al trapo, se aventuró a Bogotá, donde fue introducido a un panorama culinario que se extendía mucho más allá de la carne de res.
Arepas, tortillas de maíz a la parrilla y delicias exóticas como plátanos a la parrilla y chigüiro (carpincho) cautivaron su paladar. En el famoso Andrés Carne de Res, Raichlen se maravilló con el enorme tamaño del restaurante y su experiencia gastronómica inmersiva, completa con su propio departamento de arte.
Explorando el mundo
La búsqueda de Raichlen se extendió por 53 países, incluidos Azerbaiyán, Camboya, Sudáfrica y Serbia. Cada destino ofreció información única sobre el significado cultural de la barbacoa.
En Azerbaiyán, fue testigo del uso innovador del helado de vainilla, bañado en huevo y coco y asado sobre un fuego ardiente. En Camboya, rastreó los antiguos orígenes de la parrilla, descubriendo representaciones de braseros y brochetas en el complejo del templo de Bayón.
En Angkor Wat, Raichlen encontró un bullicioso estacionamiento transformado en un centro culinario, donde el pescado de río asado en brochetas reflejaba las escenas que había visto en las centenarias obras de arte del templo.
La barbacoa: un tapiz de culturas
A través de sus viajes, Raichlen llegó a comprender la profunda conexión entre la barbacoa y la civilización humana. «Asar a la parrilla ha dado forma a lo que somos como especie», observa. «Fue el catalizador que nos convirtió de criaturas simiescas en humanos».
Desde las técnicas primitivas de cocinar carne sobre brasas hasta los avances modernos de las parrillas de alta tecnología, la barbacoa ha evolucionado junto con la humanidad. Se ha convertido en una parte integral de nuestras reuniones sociales, celebraciones culturales y tradiciones culinarias.
Encuentros culinarios
En Marruecos, Raichlen conoció a Hassan Bin Brik, el «abuelo» de la parrilla, quien compartió sus conocimientos sobre la kofta, una tradicional hamburguesa de carne molida. En Francia, aprendió el arte de cocinar mejillones sobre un lecho de agujas de pino encendidas por el calor, una técnica que impartía un sabor ahumado único.
Victor Arguinzoniz, el «científico loco de la barbacoa» en Axpe, España, sorprendió a Raichlen con su maestría en asar pan con mantequilla ahumada y kokotxas a la brasa, pescuezos de merluza asados.
Una ventana al alma humana
Raichlen cree que la barbacoa ofrece una visión de la esencia de una cultura. «Dime qué asas a la parrilla y te diré quién eres», dice, parafraseando al filósofo del siglo XVIII Jean Anthelme Brillat-Savarin.
A través de sus aventuras culinarias, Raichlen ha adquirido un profundo aprecio por la diversidad de las experiencias humanas y los hilos comunes que nos conectan a todos. La barbacoa, sostiene, es un lenguaje universal que trasciende fronteras y une a las personas.