Origami: donde la escultura se encuentra con las matemáticas
Origami matemático: desafiando lo imposible
El teórico del origami computacional Erik Demaine ha ampliado los límites del origami, creando esculturas que desafían la comprensión tradicional de lo que es posible con el plegado de papel. Alternando pliegues de montaña y valle en cuadrados concéntricos, Demaine ha logrado lo que antes era imposible: paraboloides hiperbólicos, una forma que se creía inalcanzable en origami.
El secreto reside en los intrincados patrones de pliegues que crea Demaine, dando como resultado estructuras que «salen en forma de silla de montar» parecidas a una Pringles. Las esculturas de Demaine no solo son visualmente impresionantes, sino que también plantean cuestiones fundamentales sobre la mecánica del plegado de papel.
La historia del origami
Los orígenes del origami se remontan a 1797 en Japón, con la publicación del libro «Sembazuru Orikata» de Akisato Rito. En el siglo XIX, el origami se convirtió en una actividad popular en las aulas de Europa y, en la década de 1950, surgió como una forma de arte moderno bajo la dirección del artista japonés Akira Yoshizawa.
Los artistas contemporáneos de origami como Eric Joisel y Robert Lang han llevado los límites aún más lejos, creando figuras humanas y animales realistas y composiciones complejas que se han exhibido en instituciones prestigiosas como el Louvre y el Museo de Arte Moderno.
Origami y matemáticas
El origami tiene una profunda conexión con las matemáticas, particularmente con la geometría. El problema del plegado y el corte, planteado por primera vez en un libro japonés en 1721, pregunta cuántas formas diferentes se pueden crear doblando un trozo rectangular de papel y haciendo un solo corte. La solución de Demaine a este problema centenario demostró que cualquier forma es posible, dado el plano geométrico correcto.
Origami computacional
Los programas informáticos han revolucionado el campo del origami. Programas como TreeMaker y Origamizer permiten a los usuarios diseñar y explorar patrones de pliegues complejos, lo que permite la creación de formas intrincadas e innovadoras.
Origami en aplicaciones prácticas
Más allá de su valor artístico, el origami ha encontrado aplicaciones prácticas en diversos campos. Los fabricantes de automóviles utilizan las matemáticas del origami para diseñar bolsas de aire que se pliegan de manera eficiente. Los ingenieros están explorando el uso de estructuras de origami en la nanofabricación, creando objetos planos que pueden transformarse en formas 3D. Además, los principios del origami podrían ayudar en el diseño de proteínas sintéticas que combaten virus.
El dúo de padre e hijo
Erik Demaine y su padre, Martin, han colaborado para crear fascinantes esculturas de origami. Su trabajo ha sido presentado en la Galería Renwick del Smithsonian, mostrando la intersección del arte y las matemáticas.
El atractivo del origami
El origami sigue cautivando a artistas y matemáticos por igual, ofreciendo una combinación única de creatividad, precisión y resolución de problemas. Como dice acertadamente Demaine: «Hemos creado un problema matemático que inspira un nuevo arte y un problema artístico que inspira nuevas matemáticas».